La misteriosa mano escribe el ultimátum de Dios al rey Belsasar. Daniel 5:5-9.
En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía. (verso 5:5).(foto. la mano invisible).
En el idioma arameo no identifica exactamente cuanto se vio de la mano. La palabra aramea [ pas ], se traduce como "palma", esto se puede interpretar como "dorso de la mano" o la mano hasta la muñeca. Todos los comensales sintieron la presencia de un huésped invisible que no había sido invitado.- Un vigilante que no fue reconocido, pero cuya presencia era un poder de condenación, el rey contempló esta escena con estupor.
El profeta Isaías dice: Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustia se apoderaron de mí, como angustia de mujer de parto; agobié oyendo, y al ver me he espantado (Isa.21:3). Isaias Dios le dio una visión de lo que ocurriría a

Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos y sus rodillas daban la una contra la otra. (ver. 6).
Estimado lector. ¿Como se sentiría usted si estuviera en su casa viendo la T.V. y de repente le aparece una mano en la pare, acusándole de cosas que usted solo sabe? Creo que el terror que sentiría seria tremendo. El terror por una conciencia acusadora, fue lo que despertó y llenó al rey de oscuros presentimientos. Esto puede su cederle a usted y ami, en un momento de nuestra vida.
En una fiesta de esta magnitud no importa cuán ebrio esta el rey y sus comensales, rápidamente se volvieron sobrios cuando vieron "la mano de un hombre" la algarabía se detuvo, y un gran silencio sepulcral embargó la sala del banquete.
Pronto el Huésped invisible, que no había sido invitado, hizo que se sintiera su presencia. en el momento que la sacrílega orgía estaba en su punto máximo, apareció, apareció una mano incruenta, y escribió palabras de juicio.
Anteriormente apuntamos en otros capítulos de Daniel que las fiestas de los reyes de Medio Oriente eran grandes y que duraban abecés un mes. Yo recuerdo que asistí a una boda berebere en el desierto del magreb o al-magrib, en berebere Tamazgha. Que duro una semana día y noche; en un desierto, donde uno puede contemplar la gran obra del creador, el cielo cuajado de estrellas y solo puedes en silencio oír el latido de tu corazón.

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