martes, 6 de febrero de 2018

SECCIÓN XCVI (96) DANIEL Y LOS CUATRO IMPERIOS.


CONTINUACCIÓN DE LASECIÓN XCV (95).
Constantino como su predecesores sigue siendo Augusto: un Emperador que encarna en su persona todo lo que significa <<Roma>> Es, además, un puente tendido y comunicativo hacia una Iglesia proclive a la apostasía, y que terminará claudicando y aceptando el invite constantiniano. 

Desde el famoso edicto de Milán acontecen toda una serie de eventos que los historiadores no han tenido más remedio que señalarlos como los causantes del engendro de un tipo de Iglesia, a imagen y semejanza de la propia apostasía romana, y que corrompe las estructuras esenciales de la doctrina cristianas. 

<<Los autores de la Historia de la Iglesia Católica, dicen del edicto de Milán. 

En el programa de Milán es evidente el sellos de la voluntad constantiniana configuradora que, de acuerdo con la concepción antigua, 
consideraba al cristianismo como garantía de bienestar público y lo vinculaban a su política imperial.>> (Historia Universal, vol. I, op. c., p. 105.) (Ver El Hombre de pecado de 2º Tes.). Palabra profética tomo 1 p. 147 (17) 

“La política de Constantino no esta determinada por la religión, sino que ésta viene determinada por la política imperial.” (Alistair Kee, op. c. p.113). 

Cuando los investigadores consultan el Codex Theodosianus (recopilación de edictos imperiales) se sorprenden de la ausencia de ejemplos de compromisos cristianos por parte de Constantino <<del amigo de Dios como lo llama Eusebio  

 ¿'amigo de Dios por qué? Por sus crimines, por las persecuciones.  El dejo su legado al Obispo de Roma. (cosa que sí se encuentra en sus sucesores). 

Y llama poderosamente la atención la crónica relativa a la iglesia sobre el día Solis. Primero por cuanto se trata de la imposición del domingo o primer día de la semana como día de reposo de acuerdo a la religión solar de la que Constantino era adepto. 

En segundo lugar porque Eusebio (el obispo de roma y amigo de Constantino) ensaya constantemente. . . <<de imponer una intepretación cristiana a las leyes constantinianas relativas al domingo (. . . ). 

Sin embargo, cuando Constantino promulga un edicto que aclara lo que se puede hacer en dicho día, utiliza la fórmula pagana “dies solis” para describirlo:

 “Sencillamente, porque No parece de lo más indecoroso que el Día del Sol, que se celebra por su propia veneración, se ocupe con querellas jurídicas. . . Id., p. 114. “Constantino se convierte en una figura ideal, no sólo de un emperador cristiano, sino del príncipe cristiano por antonomasia.”
Maranata
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