viernes, 8 de septiembre de 2017

SECCIÓN LXXXVIII (88) DANIEL Y LOS CUATRO IMPERIOS.


CONTINUACCIÓN DE LA SECIÓN LXXXVII (87)
Es esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse al final de los 2.300 días (día por año te lo he dado Números 14:33; Eze. 4: 6.) Dicho periodo ceso en el año 1844 de Nuestra Era. (Dan. 7:14)

Los que vivan en la tierra cuando cese la intercesión de Cristo en el santuario celestial deberán estar en pie en la presencia de Dios santo sin mediador. . . Esta obra esta presentada con mayor claridad en los mensajes del cap 14 de Apoc. . . 

Cuando la obra haya quedado consumada, los discípulos de Cristo estarán listo para su venida. . . El profeta Malaquías predice su segundo advenimiento, y su venida para la ejecución del juicio, en estas palabras: (Malq. 3:1-5; 4:1)

“Y yo me acercaré a vosotros para juicio; y seer veloz testigo contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran en falso, y contra los que defraudan al jornalero de su salario, y oprime a la viuda y al huérfano, y apartan al extranjero de su derecho; y no me temen a mí, dice Jehová de los Ejércitos” (Mal. 3:5, VM).  Judas se refiere a la misma escena (S. Judas. 14, 15 VM).
Esta venida y la del Señor a su templo son acontecimientos distintos que han de realizarse por separados. La venida de Cristo como Sumo Sacerdote al lugar santísimo para la purificación del santuario, de la que se habla en Daniel 8:14; y la venida del Hijo del hombre al lugar donde está el Anciano de días, tal como está presentado en 
Daniel 7:13; y la venida del Señor a su templo, predicha por Malaquías, son descripciones del mismo acontecimiento representando también por la venida del Esposo a las bodas, descrita por Cristo en la parábola de la diez vírgenes, según Mat.25. 

 El viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la gloria,y un reino,que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. 
Es esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que el profeta predijo que había de realizarse al final de los 2.300 días en 1844. Es el fin de ese periodo que Él estuvo en el lugar Santo.

Acompañado por los ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, (1844)

 y allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella. 

El juicio de los impíos es otra obre distinta y se verifica en otra fecha posterior. “Es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿que será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio? 1º de Pedro 4:17. (“ ni guardan sus mandamientos”.)
(ver, CS 479-80, 533-534).
Maranata
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