miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA HUMILLACION Y EL JUICIO DE UN REY CAP. X XIV

CONTINUACIÓN:
Cierto es, que la historia no nos dice en que lugar o en que palacio se encontraba cuando gozaba de la vista y de los sonidos de la gran ciudad. Contempló los magníficos templos dedicados a su dios Marduk, y los hermosos jardines de su palacio, y la famosa calle de las procesiones, con la pintoresca puerta de Ishtar, fue cuando su corazón se lleno de orgullo, ya que esta hermosa ciudad fue creada por él y para su gloria.

¿Existe hoy en nuestro siglo pruebas de la veracidad narrada en el capitulo cuatro de aDaniel? ¿Existe documentos cuneiformes de la instrucciones y de la locura de Nabucod
onosor?

Babilonia su ciudad fue cuadrada con muros de más o menos un kilómetro y medio de largo en cada lado; se le llama la Ciudad Interior. (ver mapa). La expediciones realizadas en nuestro siglo, nos dan una imagen más acorde con nuestro tiempo y a la vez nos da una perspectiva de como fue esa gran Ciudad de Babilonia. Los des cubrimientos llevados acabo en nuestro siglo, dan testimonio de las tablillas cuneiformes aya das en el Medio Oriente.

Los museos de Londres, Francia, Alemania, existen miles de tablillas cuneiformes que datan del tiempo de Nabucodonosor en los cuales enumeran 53 templos, 995 pequeños santuarios y 384 altares en las calles y todo dentro del límite de la ciudad (Ver. Josefo contra Apio, 1. 19.). No hay peor cosa en el ser humano que el orgullo y la arrogancia, y estos lo estamos viendo continuamente en algunos lideres de los gobiernos de este mundo.

Dan. 4:30. Se nos dice: Habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi grandeza?
4:31; Aún estaba la palabra en la boca del rey... El reino es traspasad
o de ti. (foto. estando en el palacio).

La sentencia es cumplida.
En los verso. 32, 33. que la sentencia del ángel fue cumplida al momento, en la misma hora se cumplió la palabra... El rey vivió entre las bestias del campo. Lo cierto es que la exclamación del rey fueron inmediata mente seguidas por su humillación.

El rey no ac
eptó las recomendaciones que su leal súbdito Daniel que le dio, recordemos que tuvo doce meses para recapacitar lo que su fiel siervo le dijo, y no lo hizo. La locura del rey como hemos comentado anteriormente, fue temporal hasta que el rey reconoció su condición y miro a lo alto y sublime, al Dios de los cielos. (foto de la locura de Nab.)

Se ha encontrado como ya apuntábamos anteriormente, que en el Museo Británico existe suficiente documentos, como tablillas cuneiformes que menciona este caso concreto de Nabucodonosor, (F. M. th de Liagre Bolhl, 1953, p. 527). En 1975 se descubrió otro texto cuneiforme que trata de la locura del rey de Babilonia. En ese mismo año, el asiriólogo A. K. Grayson publicó un texto cuneiforme, que se conserva en el Museo Británico (BM. 34113=sP213), en la tablilla hace referencia como hemos apuntado anteriormente a la locura de Nabucodonosor. (ver foto de las tablillas).


Esta tablilla se encuentra en el Museo Británico, aunque esta dañada por el tiempo y los elementos, existen lineas que no se pueden leer y otras se pueden leer y dice así: "Nabucodonosor consideró...", "su vida parecía no tener valor..." "no manifiesta amor ni a hijo ni a hija..." "no existen ni familia ni clan...", "lloró amargamente ante Marduk..." ( Ver Siergfried Horn, "New Light on Nebuchadnezzar´s Madness" ) (Nueva luz de la locura de Nabucodonosor). Ministry, abril de 1978, págs. 39, 40.

Los reyes de Asiria y de Babilonia les gustaba la poesía, y algunos de los edictos reales asumían la forma poética conocida como paralelismo, que era la constumbre asiria, esto lo vemos en el cap. 4 de Daniel. El paralelismo poético de aquella época era repetitivo es decir: implica la repetición en una línea del mismo pensamiento que la línea anterior, o la alternancia, línea tras línea, de pensamientos contrastantes
o concluyentes.

Esto lo observamos en el cap. 4 de Daniel, en los versos 1 y 2 dice: Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, y satisfecho en mi palacio. Y tuve un sueño que me aterrorizó. Las obsesiones que tuve en mi lecho y las visiones de mi cabeza me aterraron. (Biblia de Jerusalen p.1281. Cap. 4:1,2.). Si lo comparamos con otros
versos de Nabucodonosor con otros versos del mismo autor que aparece en las inscripciones de la así llamadas Casa Hindú:

Cuando nací, cuando fuí creado, yo mismo
consideré los santuarios del dios, avancé por el camino del dios...
(foto de la locura de Nabc).
El texto afirma que el rey daba órdenes contradictorias, rehusaba aceptar consejo, no demostraba cariño a su hijo ni a su hija, descuido a su familia y ya no cumplía con sus deberes como jefe de Estado (Ver. Siegfried H. Horn, en Ministry, abril de 1978, p. 40).



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